E
En-claves del pensamiento
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, División de Humanidades y Ciencias SocialesEl propósito de este artículo es explorar cómo la escucha radical en casos de violencia extrema tiene el poder de devolver o construir la agencia que ha sido arrebatada a las víctimas. Con base en la teoría de la acción de Hannah Arendt, la teoría del trauma de Freud y la noción de 'deseo de narración' de Adriana Cavarero, propongo que prestar oídos al relato del otro es una obligación ética y una responsabilidad política, pues permite escuchar lo hasta ahora inaudito y construir colectivamente nuevas gramáticas de la escucha para dar lenguaje, espacio y tiempo a la experiencia de la violencia extrema.

			Coincido con Hannah Arendt y la feminista arendtiana Adriana Cavarero en que la realización última, en el sentido de cabalidad, de la condición humana se experimenta en la esfera pública cuando el otro nos reconoce como un quién, no un qué.

			

				

				

					
Lo que sí me ocupa en esta ocasión es que el quién es, como la condición humana implica, singular e irrepetible y, por lo tanto, irremplazable. Este carácter de irrepetibilidad se funda en la pluralidad y la natalidad, esto es, en que en el mundo siempre arriban, nacen, nuevos humanos y cada uno es único y está inmerso en un espacio-tiempo con otros muchos singulares: 'Si la acción como comienzo corresponde al hecho de nacer, si es la realización de la condición humana de la natalidad, entonces el discurso corresponde al hecho de la distinción y es la realización de la condición humana de la pluralidad, es decir, de vivir como ser distinto y único entre iguales'.

			

				

				
Concentrémonos ahora en la articulación entre acción y discurso que Arendt propone. ¿Por qué suma el discurso a su categoría de la acción? Porque, sostiene, el resultado y sentido de la acción son frágiles y solo pueden recogerse si se narran. Arendt y Ricoeur, como lector de
nadie es autor o productor de la historia de su propia vida. Dicho con otras palabras, las historias, resultados de la acción y el discurso, revelan un agente, pero este agente no es autor o productor. Alguien la comenzó y es su protagonista en el doble sentido de la palabra, o sea, su actor y paciente, pero nadie es su autor.

			

				

				
Si bien Arendt presenta la labor y el trabajo como las otras dos categorías de nuestra condición, señala que la acción es la única cuya ausencia arrebata toda dignidad humana. Podemos, dice, vivir de la labor de otro y usar los productos del trabajo de otro, pero nuestra aparición como humanos en el mundo depende exclusivamente de nuestra capacidad de actuar en el espacio público y, por lo tanto, político: 'Por otra parte, una vida sin acción ni discurso -y esta es la única forma de vida que en conciencia ha renunciado a toda apariencia y vanidad en el sentido bíblico de la palabra- está literalmente muerta para el mundo; ha dejado de ser una vida humana porque ya no la viven los hombres'.

			

				

				
Siguiendo a Arendt, lo más importante de la acción es que abre el espacio de la aparición del sujeto en tanto ente político, esto es, en tanto parte de un mundo común o colectivo del que puede participar en su modificación como irremplazable: 'El nacimiento y la muerte de los seres humanos no son simples casos naturales, sino que se relacionan con un mundo en el que los individuos, entidades únicas, no intercambiables e irrepetibles, aparecen y parten'.

			

				

				
Como descubre Adriana Cavarero en su estudio sobre Ulises y Edipo, entre la identidad y la narración está el deseo de narración,

			

				

				Véase
Escribo con la intención de que por lo menos un mínimo de esta realidad llegue al mundo y que tú, mundo, reclames venganza, venganza por todo esto.

		Ése es el único objetivo, la única meta de mi vida. Vivo aquí con la idea, con la esperanza, de que quizá mis escritos lleguen a ti y por lo menos se pueda ver realizada en vida una parte de aquello a lo que aspiramos todos nosotros, como también la que ha sido la última voluntad de los hermanos y hermanas de mi pueblo que han sucumbido.

			

				

				

					
Así, la pregunta que quiero explorar es el lugar de la escucha en la reparación del daño. ¿Por qué la implorante demanda de escucha? ¿Por qué se presenta tan desesperada? ¿Será que la escucha en algo subvierte el trauma? ¿Cómo? Mi hipótesis es que la violencia extrema, en tanto es radicalmente opresiva, arrebata la agencia al sujeto y con eso su singularidad, su ser único e irremplazable. La violencia es agresión sometedora y esto es lo traumático.

		Siguiendo a Freud, la violencia traumática arrebata la agencia al sujeto, pues se trata de vivencias que rompen la protección antiestímulo del aparato psíquico. En el capítulo IV de
Un suceso como el trauma externo provocará, sin ninguna duda, una perturbación enorme en la economía [
Esto quiere decir que el aparato psíquico, después de la irrupción de una magnitud de fuerza de la que no pudo protegerse, comienza a trabajar de manera ineficiente y vuelve compulsivamente a la escena indeseada.

			

				

				Este fenómeno, que Freud llama compulsión a la repetición, es el gran descubrimiento de
¿Pero cuál es el objetivo que busca la compulsión a la repetición ya no en términos metapsicológicos sino afectivos? Por el análisis que hace Freud en el capítulo II de
El trauma es así la búsqueda compulsiva de construir la agencia de la acción, pues esta ha sido impuesta, como, según el testimonio de Gradowski, las acciones límite (¿qué adjetivo usar aquí?; ¿tengo autoridad para usar alguno?) que llevaron a cabo los Sonderkommandos de Auschwitz. ¿Cómo agenciarse o no de esas acciones?; ¿cómo agenciarse de una violación?; ¿o, como Cristina Rivera Garza, del feminicidio de una hermana? No se trata de recuperar la agencia de la acción violenta, pues la acción no es de la víctima (sostengo también esto de los Sonderkommandos), sino de la experiencia de la acción, de lo acontecido.

		Si bien coincido con Arendt en que la narración o el discurso sobre la acción es lo que construye la agencia del sujeto, en los casos de víctimas de violencia extrema la interpretación no es exacta. Ahí no se puede recuperar la agencia de la acción porque esta fue impuesta, pero sí podemos construir la agencia de la experiencia de 'A mí me hicieron esto'. Siguiendo la brillante lectura que hace Cathy Caruth de Freud, podemos decir que el trauma es una experiencia no vivida

			

				

				Véase
Creo, así, que estamos ante una cuestión cuantitativa y que frente a eventos de violencia excesiva como el Holocausto quedaremos así, excedidos, no obstante, como dije líneas antes, por un lado, escuchar la pulsión de testimonio es un deber ético, pero, por otro, cuando la violencia no es aniquiladora, el esfuerzo debe ser incansable, pues aunque no lleguemos a hacer justicia y a subvertir el trauma, nos acercamos y construimos espacios y lenguaje con los que podemos al menos tener el vocabulario para saber qué tenemos que resistir para que no se repita. Si bien hay niveles (cantidades, insisto) de sufrimiento anímico que parecieran anular siquiera la posibilidad de agenciación, no es por razón de distintas estructuras psíquicas,

			

				

				En la comprensión freudiana de la psique no hay una diferencia estructural entre normalidad y patología, sino sólo económica. Dice Freud: 'El neurótico se extraña de la realidad efectiva porque la encuentra —en su totalidad o en algunas de sus partes— insoportable. El tipo más extremo de este extrañamiento de la realidad objetiva nos lo muestran ciertos casos de psicosis alucinatoria en los que debe ser desmentido el acontecimiento que provocó la insania. Ahora bien, eso es justamente lo que hace todo neurótico con una parcela de la realidad objetiva', véase
En tanto la agencia de un sujeto se construye a partir de la escucha de su relato, la responsabilidad por la agencia perdida no es del sujeto que narra, sino de quien escucha; es así una responsabilidad colectiva y no individual. En este sentido, Derrida tiene razón cuando afirma que la responsabilidad es si y sólo si es excesiva, esto es, sólo si se responde por quien no responde.

			

				

				Véase
Es la escucha radical lo que nos acerca a una justicia histórica, archivística, si se me permite el término, mnémica. La historia, el pasado y la memoria están, como bien lo entendió Derrida,
la cuestión del archivo no es, repitámoslo, una cuestión del pasado. No es la cuestión de un concepto del que dispusiéramos o no dispusiéramos
Y yo agregaría que saberlo es una tarea, el archivo no se devela por sí mismo. La historia, el pasado y la memoria están en disputa, son cuestiones políticas que se construyen en la esfera pública. La memoria es una lucha contra las fuerzas revisionistas y del olvido. Hay memoria justa e injusta. La justa es la que respeta el hecho, no lo toca, no lo manipula, no borra las huellas, al contrario, las protege de su posible borradura y luego le da un nombre justo, el verdadero. Como la disputa que el feminismo ha ganado contra el patriarcado con el asesinato de mujeres por razón de género que nunca fue crimen pasional. El mundo no quería oír lo que siempre fue, era inaudito el hecho de que los hombres matan a las mujeres porque son percibidas como sus objetos sobre quienes pueden decidir si viven o mueren cuando aprecian que desobedecen el pacto patriarcal, que no cumplen con sus deseos o expectativas. Empero, la memoria justa es aquella que se construye con el esfuerzo de escuchar lo inaudito, de hacerlo audible y, de ser imposible, señalarlo como tal, aunque con la precaución de que esa imposibilidad debe entenderse como momentánea y, por lo tanto, como una tarea a seguir hasta que lo que no hemos escuchado arribe al tejido de sentido del mundo. Eso es lo que estar por venir quiere decir desde la deconstrucción, que es algo que está en el horizonte como una responsabilidad ético-política, no es una parálisis o una renuncia reaccionaria. Quiere decir que ante violencias extremas, esto es, que exceden nuestro horizonte de sentido, nuestro deber es construir los marcos epistemológicos y fenomenológicos para que la experiencia se pueda construir y podamos devolver la agencia a las víctimas.

		La violencia extrema, como bien capta Arendt, acontece como inédita en los dos sentidos de original e inverosímil. Esto es, aparece como inverosímil porque es original, como nunca antes vista. Lo inédito es resultado de la falta de categorías para interpretar, dotar de sentido y así comprender. Siguiendo a Arendt, parte sustancial del terror de los totalitarismos es que atenta contra la comprensión humana: 'la terrible originalidad del totalitarismo no se debe a que alguna 'idea' nueva haya entrado en el mundo, sino al hecho de que sus acciones rompen con todas nuestras tradiciones, han pulverizado literalmente nuestras categorías de pensamiento político y nuestros criterios de juicio moral'.

			

				

				

					
La agencia arrebatada no es solo la libertad de actuar en el mundo, sino el modo singular y único de hacerlo. El nazismo fue quirúrgico en esto. Inmediatamente les quitó el nombre, el documento de identificación oficial, los uniformó, los numeró y les tatuó el número.

			

				

				Esto además con un doble objetivo: el de deshumanizarlos en el sentido en el que lo he desarrollado aquí, esto es, robarles la singularidad o el modo de ser único como irrepetible e irremplazable de lo humano, pero además, como gesto desmedido de indecencia al violar dos mandatos judíos de no tatuar la piel y de no numerar a los hijos de Israel, como figura en el
Lo que yo he llamado pulsión testimonial, para Cavarero es un deseo ontológico de ser escuchado, pero, más aún, de ser escuchado como un ser único. Lo lee en Nietzsche en su
¿Cómo devolvemos entonces la agencia a las víctimas de violencia radical?; ¿cómo, su singularidad e irremplazabilidad?; ¿cómo rehumanizar? Hasta donde hemos analizado, queda claro que la agencia de la acción o de la experiencia no es un
Como expuse líneas antes, de acuerdo con el análisis de Arendt sobre la acción y el relato, la condición humana se devela en el discurso (ante otro, en la esfera pública) como singularidad dentro de una pluralidad. Por su lado, aunque siguiendo también la interpretación de Arendt, Cavarero supone que lo que aparece en la narración es el sí mismo. En
Éste no es un reconocimiento que pertenezca al ámbito clásico de la teoría moral, y tampoco es un principio cuya ética pueda
El agente como un sí mismo, como un ser único y singular dentro de una pluralidad, es una construcción
La escucha como necesidad ontológica se remonta hasta la falta o incapacidad de construir una memoria propia desde el nacimiento hasta los primeros años de nuestra vida. Esto quiere decir que desde el primer momento en que arribamos al mundo, nuestra identidad depende del relato que otros nos donan de nuestros primeros años de vida. Este retardo es fundamental para entender el papel medular del otro en la constitución de la identidad como singularidad en una pluralidad: al fin y al cabo, sólo conocemos y re-conocemos nuestro nacimiento y buena parte de nuestra infancia mediante el recuento de aquellos adultos que lo atestiguaron. El sujeto no tiene acceso irrestricto a su propia historia en tanto memoria: 'hay en mí, y me pertenece, algo acerca de lo cual no puedo dar cuenta'.

			

				

				

					
En
Cavarero nombra altruismo a este narrar y abrir el espacio de aparición del otro, no obstante, no se trata de una actitud sacrificial o benévola, sino de un gesto que resulta ser el principio fundacional de un yo que se sabe constituido por otro; el otro que es ontológicamente necesario:

		A la luz de una identidad única e irrepetible -irremediablemente expuesta y contingente- el otro es, pues, una presencia necesaria. Es el que consiente el acontecimiento mismo de una aparición del existente, que -como diría Nancy- es siempre una co-aparición. Compareciendo el uno al otro, aparecen recíprocamente como un otro. No prestan, por tanto, sustancia al rostro anónimo de una alteridad indistinta y universal, a saber, ese rostro del altruismo abstracto que se identifica demasiado fácilmente como una benevolencia genérica o una intención piadosa. El altruismo de la singularidad no es ni sacrificio, ni entrega, ni mortificación, ni renuncia. Es más bien la condición ontológica de un
En otras palabras, la biografía que otro nos narra nos dona la identidad como ese ser único e irremplazable, pero esto es, desde el nacimiento, relacional, en dependencia ontológica. Es este comparecer el uno al otro lo que hace que la vida sea
Hay una ética del don en el placer del narrador. Aquel que narra no solo entretiene y encanta, como Sherezada, sino que le da su propia cigüeña al protagonista de su historia. Si dejar tras de sí un diseño, un 'destino' una figura irrepetible de nuestra existencia, 'es la única aspiración que merece el hecho de que la vida nos fue dada', entonces nada responde más al deseo humano que el decir nuestra historia. Aun antes de revelar el sentido de una vida, una biografía, por tanto, reconoce el deseo por ella. 
			 
				 
				['There is an ethic of the gift in the pleasure of the narrator. The one who narrates not only entertains and enchants, like Scheherazade, but gives to the protagonists of his/her story their own stork. If leaving behind a design, a 'destiny,' an unrepeatable figure of our existence, 'is the only aspiration deserving of the fact that life was given us,' ·then nothing responds to the human desire more than the telling of our story. Even before revealing the meaning of a life, a biography therefore recognizes the desire for it']. Ibid., 3-4. 
			47 
			

		Ricoeur agrega que la articulación entre la revelación del quién y el espacio público de aparición es para Arendt lo medular en la dignidad humana, pues para todo héroe su propia historia está atravesada por una enorme opacidad. 
			 
				 
				Ricoeur, 'Action, Story and…', 67. 
			48 Esta falta de transparencia no sólo viene de la acción que cae en un mundo en el que hay otros actores y otras acciones que modifican el efecto intencional, si es que hubiera alguno, original o pretendido de la acción, sino de una opacidad propia del ser humano desde el nacimiento y que, aunque más radical durante los primeros años de la infancia por cierta incapacidad de hacer memoria, nunca se supera. Así, sólo vía la narración será que la acción tome un sentido. Dada esta dependencia ontológica en la que la construcción del sí mismo o de la agencia está en manos de la escucha del relato de nuestras hazañas en cualquier dirección del desdoblamiento y debido a que, por un lado, la violencia arrebata la agencia y, por otro, que el trauma es, como expuse al principio del texto, la búsqueda compulsiva de la agencia, podemos deducir que abrir el espacio de la escucha de la vivencia traumática y convertirnos en testigos que puedan devolver la narración de los hechos, es el gesto que puede reconstruir y devolver la agencia a los agraviados. De esta manera, honrar la pulsión testimonial es un deber ético fundamental y el esfuerzo mínimo al que estamos obligados como humanidad ontológicamente enlazada los unos con los otros.

		Como enseña la fábula que le contaron de niña a Karen Blixen, el diseño de la cigüeña duró sólo una mañana. Las huellas desaparecen. Como bien dice Derrida: 'Esta no es una huella a no ser que en ella la presencia se sustraiga irremediablemente, desde su primera promesa, y a no ser que se constituya como la posibilidad de un borrarse absoluto. Una huella imborrable no es una huella'.

			

				

				

					
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					Arendt, Hannah. . Buenos Aires: Paidós, 2009.Hannah Arendt,
Véase Butler, Judith. . México: Paidós, 2010.Judith Butler,
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Véase Arendt,

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Véase Cavarero, Adriana. . Nueva York: Routledge, 2000.Adriana Cavarero,

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					Gradowski, Zalmen. . España: Anthropos, 2008.Zalmen Gradowski,

					Freud, Sigmund. , ed. James Strachey , Anna Freud , Alix Strachey , Alan Tyson , and José L. Etcheverry, vol. 18, 1920-1922. Buenos Aires: Amorrortu , 1992.Sigmund Freud,
Este fenómeno, que Freud llama compulsión a la repetición, es el gran descubrimiento de
Para la descripción del juego del
Véase Caruth, Cathy. . Londres: The Johns Hopkins University Press, 1996.Cathy Caruth,
Véase Levi, Primo. . Barcelona: Austral, 2018Primo Levi,
Arendt,
['Only when action is over can it be told: 'action reveals itself fully only to the storyteller, that is, to the backward glance of the historian.' This reaffirms Arendt's assertion that 'although history owes its existence to men, it is still obviously not «made» by them']. Ricoeur, Paul, “Action, Story and History: On Re-Reading The Human Condition”, Salmagundi, n°. 60 (1983).Paul Ricoeur, 'Action, Story and History: On Re-Reading The Human Condition', Salmagundi, núm. 60 (1983): 68 [salvo que se indique lo contrario, las traducciones son propias].

			En la comprensión freudiana de la psique no hay una diferencia estructural entre normalidad y patología, sino sólo económica. Dice Freud: 'El neurótico se extraña de la realidad efectiva porque la encuentra —en su totalidad o en algunas de sus partes— insoportable. El tipo más extremo de este extrañamiento de la realidad objetiva nos lo muestran ciertos casos de psicosis alucinatoria en los que debe ser desmentido el acontecimiento que provocó la insania. Ahora bien, eso es justamente lo que hace todo neurótico con una parcela de la realidad objetiva', véase Freud, Sigmund. , ed. James Strachey, Anna Freud, Alix Strachey, Alan Tyson, and José L. Etcheverry, vol. 12, 1911-1913. Buenos Aires: Amorrortu , 1991.Sigmund Freud,
Véase Acosta, María del Rosario, “Aproximaciones filosóficas a la construcción de memoria histórica”. n° 5 (2019).María del Rosario Acosta, 'Aproximaciones filosóficas a la construcción de memoria histórica',
Véase Spivak, Gayatri Chakravorty, “¿Puede hablar el subalterno?” n° 39, (2003).Gayatri Chakravorty Spivak, '¿Puede hablar el subalterno?',
[''All sorrows can be borne if you put them into a story or tell a story about them,' writes Blixen; and Hannah Arendt comments: 'the story reveals the meaning of what would otherwise remain an intolerable sequence of events.'']. Cavarero, Relating Narratives, 2.

			Véase Derrida, Jacques. “‘Hay que comer’ o el cálculo del sujeto”, , n° 17, (2005).Jacques Derrida, ''Hay que comer' o el cálculo del sujeto'.

					Richard, Nelly. . Buenos Aires: Siglo XXI, 2007.Nelly Richard,
En este contexto sólo recurriré a las categorías de narración y relato, pues mi diálogo es fundamentalmente con Arendt, Ricoeur y Cavarero, no obstante, reconozco que no toda simbolización de lo traumático puede ni debe ser traducida a palabras. Muchas veces esto resulta incluso imposible, y hay otros lenguajes que comunican con mayor justicia el exceso de lo acontecido, como el de las bellas artes.

			

					Derrida, Jacques. . Madrid: Trotta, 1997.Jacques Derrida,

					Arendt, Hannah. . Madrid: Taurus, 1998.Hannah Arendt,
Esto además con un doble objetivo: el de deshumanizarlos en el sentido en el que lo he desarrollado aquí, esto es, robarles la singularidad o el modo de ser único como irrepetible e irremplazable de lo humano, pero además, como gesto desmedido de indecencia al violar dos mandatos judíos de no tatuar la piel y de no numerar a los hijos de Israel, como figura en el

					Pérez Ciro y Víctor Ballinas. “Decenas de miles dispuestos a hacerse escuchar
, 9 de mayo, 2011,
Ciro Pérez y Víctor Ballinas, 'Decenas de miles dispuestos a hacerse escuchar'

					Uribe, Sandra. . Oaxaca de Juárez: Sur+ Ediciones, 2012.Sandra Uribe,
[''Hear me! For I am such and such a person. Above all, do not mistake me for someone else.' 'I do not want to be mistaken for another — therefore I must not mistake myself for another,' he repeats a moment later with emphasis']. Cavarero, Relating Narratives, 85 [énfasis en el original].

			Gradowski,
Ver Sara Uribe,
['Nonetheless, in both cases, what matters from the beginning is the narrative relation that rendered them possible and that renews itself in them']. Cavarero, Relating Narratives, 85.

			['This is not a recognition that belongs to the classical realm of moral theory, and neither is it a principle whose ethic can be deduced. This is rather an irreflexive recognition, already at work in the exhibitive nature of the self, which is rendered even more explicit in the active and desiring practice of reciprocal storytelling. The relational character of the ethic that responds to this is not therefore the fruit of a choice; or, rather, the object of a possible appraisal or the result of a grandiose strategy. It is rather the necessary aspect of an identity which, from beginning to end, is intertwined with other lives -with reciprocal exposures and innumerable gazes- and needs the other's tale']. Cavarero, Relating Narratives, 87-88.

			

					Butler, Judith. , trad. De Horacio Pons. Buenos Aires: Amorrortu, 2009.Judith Butler,
En este sentido, el psicoanálisis es una práctica y un esfuerzo por dar cuenta --a otros y a nosotros mismos-- de aquello que somos y aquello que hacemos sin agencia voluntaria y consciente.

			Butler,
['Evidently Karen Blixen knew that she could not see with her own eyes the design of her life. She knew that, outside of the child's tale, it is always another who sees the stork']. Cavarero, Relating Narratives, 3.

			['In the light of a unique and unrepeatable identity — irremediably exposed and contingent — the other is therefore a necessary presence. He or she is the one who consents to the very event of an appearance [apparire] of the existent, which— as Nancy would say— is always a co-appearance. Appearing to each other [Comparendo], they reciprocally appear as an other. They thus do not lend substance to the anonymous face of an indistinct and universal alterity, namely, that face of the abstract altruism which is too easily identified as a generic benevolence or pious intention. The altruism of uniqueness is neither sacrifice nor dedication, nor mortification, nor renunciation. It is rather the ontological status of a who, which is always relational and contextual, for whom the other is necessary']. Ibid., 89-90.

			Véase Cavarero,
['There is an ethic of the gift in the pleasure of the narrator. The one who narrates not only entertains and enchants, like Scheherazade, but gives to the protagonists of his/her story their own stork. If leaving behind a design, a 'destiny,' an unrepeatable figure of our existence, 'is the only aspiration deserving of the fact that life was given us,' ·then nothing responds to the human desire more than the telling of our story. Even before revealing the meaning of a life, a biography therefore recognizes the desire for it']. Ibid., 3-4.

			Ricoeur, 'Action, Story and…', 67.

			

					Derrida, Jacques. “De la economía restringida a la economía general. Un hegelianismo sin reserva”, en . Barcelona: Anthropos, 1989.Jacques Derrida, 'De la economía restringida a la economía general. Un hegelianismo sin reserva', en
Philippe Mesnard y Carlo Saletti, 'Entre historia y literatura de la catástrofe', en Gradowski,
En Guerrero, como en otros estados de México, existe un área que concentra las comunicaciones de policías estatales, municipales y del gobierno federal. Este mando de operaciones se llama C-4. En el caso de Iguala los expertos de la CIDH establecen que se mantuvo en operación continua el 26 de septiembre. Pero extrañamente interrumpió su funcionamiento 'a ciertas horas', especialmente las que siguieron a la detención de los estudiantes que luego desaparecieron. El informe del GIEI dice que 'no tienen acceso a información a partir del C-4 en ciertos momentos esa noche porque la comunicación está intervenida por SEDENA [Secretaría de la Defensa Nacional]'. Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). . 2016.Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), Informe Ayotzinapa I. Investigación y primeras conclusiones de las desapariciones y homicidios de los normalistas de Ayotzinapa (2016), 316.